Expresiones como: “yo puedo solo/a” “Hoy jugué con mis amigos/as” “¿Para que sirve esto?” “¿porque si? o ¿porque no?” comenzarán a formar parte de la rutina diaria, y no es para menos, ya que nos estamos adentrando en la época de los 3 y 4 años.
Como podemos ver la independencia, socialización y el cuestionamiento del mundo son aspectos centrales que van a aparecer en los niños de esta edad. El mundo empieza a poblarse de amigos y pares de la misma edad con quienes jugar y establecer relaciones, la madre deja de ser la única que toma decisiones y el mundo se comienza a llenar de interrogantes. No te asombres si algún día tu hija/o te cuestiona sobre el porqué del color del cielo, el origen de los bebes o la razón por la cual la luna lo persigue.
Como vemos tenemos una niña o niño ávidos de conocimientos sobre la vida y el mundo, es por esto que les dejamos algunos tips sobre como ayudar a estimular y dirigir toda esta nueva energía en actividades que promuevan su desarrollo cognitivo y físico.
En el área física y motriz debemos comenzar por saber que a los tres o cuatro años el desarrollo del niño le ha permitido ya caminar en línea recta sin errores, usar tijera y papel, correr, dar saltos sin caerse y sostenerse en un solo pie. Debemos reforzar estas habilidades con actividades como pedalear en un triciclo, subir escaleras alternando ambos pies, saltar con los pies juntos, lanzar una pelota siguiendo un objetivo fijo como encestar o dar a un punto específico. Es el momento preciso para comenzar a introducir el adecuado agarre del lápiz, es decir entre los dedos índice y pulgar, diferenciar entre líneas horizontales y verticales, copiar círculos y vestirse ó lavarse las manos por si mismos.
Las actividades anteriores estimularán todas sus habilidades motrices tanto finas como gruesas, le permitirán un mejor y mayor control e integración corporal y le darán continuidad a su buen desarrollo físico.
En cuanto al ámbito cognitivo, comenzaremos por indicar que el lenguaje, aunque ya muy avanzado, está aun en proceso de perfeccionamiento, es por esto que debemos acompañar este proceso con actividades como identificar partes del cuerpo, colores y números, diferenciar entre alto y corto, pesado y ligero o masculino y femenino, estimular la lectura con libros que contengan imágenes, texto, acciones, y un poco de misterio o intriga. En cuanto a los procesos atencionales podemos trabajar en actividades como laberintos muy básicos, identificar de un grupo de imágenes todas las que se parecen a la indicada, o buscar elementos faltantes en imágenes incompletas. La memoria es un dominio que se encuentra aún en proceso de desarrollo por eso podemos trabajar los nombres de los integrantes de la familia, de los objetos de la casa, de los alimentos y elementos que le exijan recordar algo aprendido previamente.
Finalmente vamos a recordar que la estimulación debe incluir un importante componente social y ejecutivo. En esta área trabajaremos con establecimiento de metas y planes a futuro, rutinas como el aseo dental, la alimentación o las horas de sueño, normas sociales como el respeto por los demás, la tolerancia o el cumplimiento de reglas serán de gran importancia inculcarlas en esta época si queremos a futuro evitar conflictos relacionados con esta área.
Lo anterior, es una guía breve que nos permitirá organizar de manera integra las actividades diarias que trabajamos con las niñas y niños sin embargo muchas de estas se pueden trabajar de manera amena y divertida en casa en lugares como la cocina (organizando los alimentos, cocinando galletas o pasteles en compañía de un adulto) el jardín (cultivando, organizando las plantas, pintando letreros), el baño (a la hora del baño identificar partes del cuerpo, haciendo y moldeando espuma) y otros lugares que pueden ser entretenidos y llamativos. Recuerden siempre que toda actividad hecha con amor tendrá mejores resultados.