Pareciera que durante los primeros meses el bebé no requiere más estimulación de la que ya provee la madre con el contacto físico. Sin embargo, es mucho lo que podemos trabajar en los recién nacidos, siempre respetando sus horarios de sueño y alimentación.
Para comenzar debemos saber que en este periodo el bebé está asimilando diferentes características del mundo que para nosotros pasan desapercibidas, tales como la luz, el calor, el roce con los textiles, el sonido ambiental, los olores, y otros tantos. Debemos entonces comenzar con una estimulación sutil que abarque cada uno de los sentidos.
La estimulación táctil comienza con las caricias y besos. Mantenerlo siempre en brazos de la madre o algún cuidador responsable lo mantendrá en contacto físico. Ofrecer el dedo para que lo sujete. Aunque la postura adecuada para que los bebes duerman es boca arriba, podemos cambiar su postura a diario y ponerlo boca abajo, siempre bajo la supervisión de un adulto. Esto mejorará la extensión de su columna y es prepara los músculos para el comienzo del gateo.
La estimulación visual se debe dar a unos 25 o 30 centímetros de distancia, siendo esta la distancia a la que mejor pueden ver los bebes hasta cumplir los 3 meses de edad. Hacer mimos, movimientos bucales, mantener móviles en la cuna, un paseo por el parque y los rostros de diferentes miembros de la familia le ayudaran en su proceso de desarrollo visual.
Hablarle mientras esta lactando, poner música suave, colocar juguetes con sonidos que inician al contacto con él bebe, pueden ser estrategias no invasivas para una adecuada estimulación auditiva. Recordemos siempre que al decirle palabras o frases debemos hacerlo de manera pausada y clara.
Aunque durante los primeros meses el único alimento con el que debe entrar en contacto él bebe es la leche materna, cerca de los 5 o 6 meses podemos comenzar a incluir algunos sabores y alimentos nuevos. El contacto con la nueva comida debe ser lento y acompañado de juegos. Llevarse los alimentos a la boca, diferenciar alimentos dulces y salados; blandos y duros ó fríos y calientes será una buena experiencia nueva.
La estimulación del olfato se da generalmente con el cambio de ambientes, pasar del olor de la madre al olor del padre o los abuelos siempre será algo novedoso. Salir a dar un paseo por el parque, el contacto durante el baño, las cremas y juguetes estimularán su olfato en la medida justa.
Adicional a la estimulación de sus cinco sentidos tengamos presente siempre, que el bebé necesita del sol para sintetizar la vitamina D. También, el baño es un buen ritual antes de dormir y hacerlo divertido depende de nosotros. No olvidemos nunca que el cariño y amor que le demos es algo que no puede ser remplazado por nada.